En ocasiones me doy cuenta de que son muchas las cosas que pretendo poner en marcha, muy poco el tiempo del que dispongo para cada una de ellas, y que quizás sería más productivo encarar las cosas con una nueva estrategia.
Haciendo un símil, en dinámica de poblaciones la estrategia que en principio suelo seguir es la denominada "estrategia k". Coloquialmente, podemos describirla como el intento de lograr que parte de tu descendencia, en este caso alguno de los proyectos, llegue a buen puerto o salga adelante, basando su éxito en el número (siendo muchos los proyectos, algunos tirará, digo yo). En contraposición encontramos la estrategia "R" que, hablando de proyectos, sería poner toda la carne en el asador con solo proyecto, cuidándolo y mimandolo para conseguir que finalice correctamente. En esencia, muy aburrido
Tratar de poner en marcha numerosas ideas al mismo tiempo y con presupuesto prácticamente cero es todo un reto, y si a ello le sumamos la falta de tiempo nos encontraremos con un mecanismo de relojería que abrumado por el peso poco a poco pierde velocidad hasta quedarse prácticamente parado.
Probablemente esto tan sólo sea una apreciación subjetiva fruto de un día no muy afortunado, pero ya que hoy tenía en mente escribir algo, fuese lo que fuese en el blog, ahí queda, aunque sólo sea una suerte de extraño recordatorio de un día con tintes grises, casi negros.
Cuando en ciertos asuntos se toca fondo el único camino que nos queda es remontar.
Dijo yo, vamos.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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